FRANCISCO MANUEL DÍAZ FERNANDEZ – DECANO DE LOS GUITARREROS GRANADINOS
Francisco Manuel Díaz, uno de los mas entrañables personajes del mundo del flamenco granadino, andaluz y nacional, nació un 24 de diciembre del año 1942, aunque oficialmente, su carnet refleja el 10 de Enero, día que fue al registro civil.
Además de un destacado guitarrista de acompañamiento, con un inmenso conocimiento del cante y del baile, es uno de los más prestigiosos guitarreros que ha dado esa prolífica escuela de constructores de guitarras.
En 1956 entró de aprendiz en el taller del maestro Eduardo Ferrer, donde estuvo 3 años, antes de pasar al taller de Manuel de la Chica.
Como el propio Francisco me cuenta, comenzó a los 13 años a trabajar con Eduardo Ferrer, un gran guitarrero. Entró allí por recomendación de Yudes, pintor bohemio que hacia miniaturas, aficionado a la guitarra y vecino de Francisco . El guitarrero le dijo un día al pintor que estaba buscando un muchacho que supiera manipular la madera para trabajar en su taller, ya que su hijo Benito se marchó a Venezuela, y José Ferrer a Barcelona, y éste le contestó que tenía la persona adecuada. Y es que Yudes sabía que Francisco Manuel, además de ayudar a su madre a vender pan, trabajaba de ‘esqueletero’. (hacía los esqueletos de madera para los sofás y los tresillos). Una tarde Yudes le preguntó: Niño, ¿tú quieres ser guitarrero? Y él, sin saber bien de qué se trataba, dijo: Bueno. Y así fue su entrada en este oficio. Así que de ‘esqueletero’ pasó a guitarrero.
En 1959, después de pasar por el taller de Manuel de la Chica, y ser su primer oficial, puso un taller en su casa, en el nº2 del Carril de San Nicolas.
¡Se hizo el banco de trabajo con los varales de una cama antigua!
Del 60 al 62, (año que se fue a la mili), se instaló en San José Alta nº2, donde construyó guitarras para gran parte de los profesionales del Sacromonte, como son: Miguel Santos, Juanillo el Gitano, Pepe Maya, Chuscales, Juan el Gallina….
Cuando regresó del servicio militar en 1964, compaginó el trabajo en el taller de San José Alta y trabajando con Eduardo Ferrer, que le propuso asociarse en un nuevo local. Estuvo hasta el 67, año en el que se instaló en el emblemático taller de la Cuesta de Gomérez nº29.
Sus guitarras, verdaderas obras de arte, son adquiridas por los guitarristas más destacados de la reciente historia del flamenco.
Como guitarrero es, en nuestra opinión, de lo mejor que hay en nuestros días, pero además es uno de los mejores restauradores que tenemos. Ha restaurado todo tipo de instrumentos, y de todas las épocas, de los mas reputados guitarreros.
La última restauración a tener en cuenta es la de la guitarra de Federico García Lorca.
Cabe destacar, entre las innumerables restauraciones que ha relizado durante su larga trayectoria, una guitarra construida por Antonio Fuentes de 1772, hecha en Zaragoza, en la que tuvo que rehacer casi todas sus partes, y de la que me cuenta una curiosa anécdota:
Mostró el trabajo realizado a los compañeros del gremio y no supieron diferenciar las partes originales de las que había hecho Francisco Manuel, porque estaban igual que sí se hubiese hecho en la época, mimetizado con la estética y la patina adecuada.
Ha restaurado guitarras de Santos Hernández, Domingo Esteso, Antonio de Torres, (que era de su propiedad)…
Fue uno de los fundadores en la segunda etapa de la Peña de La Platería, de la que tiene el carnet con el número 4, cuando él y un grupo de aficionados revitalizaron aquel proyecto que había creado Manuel Salamanca. Fue director artístico de la Peña, por donde han pasado todos los grandes del flamenco, y de la que sigue muy vinculado.
Ha sido jurado de prestigiosos concursos de guitarra y cante flamenco, y ha expuesto su trabajo guitarrero en la Bienal de Sevilla. Una de las facetas más curiosas de Francisco Manuel Díaz, es la de ‘padrino’, de esta forma ha bautizado con los nombres artísticos a Eva «La Yerbabuena», Manuel Liñán, Ana Calí, La Candela… Además del nombre artístico, ha influido en ellos, profesionalmente hablando, de su forma de entender y conocer el flamenco.
En su faceta como guitarrista, sus recitales y sus acompañamientos al cante y al baile son inabarcables para realizar una biografía escrupulosa del personaje. En sus primeros tiempos participó en festivales repartidos por toda la geografía, grabó discos, colaboró en películas. Viajó por Francia, Alemania, Suiza, Bélgica, Rusia, Corea, Italia…
De 1970 a 1980, trabajó en distintas cuevas del Sacromente. Las primeras a destacar son la Cueva de la Rocio y la Cueva de La Faraona, formando parte del elenco artístico. Fue compañero por aquellos entonces de artistas como Cobitos, Juanillo ‘El Gitano’, Pepe Albaizín, Antonio Cuevas ‘El Piki’, Curro Andrés, Chanquete, Cascarilla, Juan «el Gallino», su compadre Antonio, Curro Albaicín, Remitú entre otros muchos.
Entre 1980 y 1990 graba varios discos y viaja a Polonia donde imparte recitales acompañando a Paco Moyano. El Ministerio de Cultura lo reclama para organizar la parte flamenca del contexto cultural que conllevó la entrada de España en el Mercado Común Europeo, conjuntando un elenco de grandes profesionales como son, Chano Lobato, Carmen Linares, Naranjito de Triana, Mariquilla y Juan Habichuela, bajo el nombre de Europalia. Organizó el espectáculo En La Platería, con el que viajó a Suiza con José Maya, Antonio Gómez «el Colorao», Rafael Gómez, Carlos Daza y Primi Daza. Ha dirigido otros como Duquela Pura, Flamencos Andaluces y Sentimiento Andaluz.
Ha acompañado a casi todos los artistas flamencos de la época entre los que podemos destacar a Antonio Mairena, Tía Anica La Piriñaca, Cobitos, Manuel Ávila, Fosforito, Menese, Enrique Morente, Chano Lobato, «El Piki», Calixto Sánchez, Luis de Córdoba, Diego Clavel… A algunos asiduamente y a otros ocasionalmente.
Volviendo a la construcción de guitarras, como bien dice Francisco Manuel:
La guitarra debe cumplir estos 4 preceptos y en este orden:
1 Afinacion
2 Sonido
3 Comodidad
4 Estética
Estos, los cumple con creces, y ha dejado de herencia esa sabiduría que da los años, a 2 de sus hijos, Francisco Manuel Díaz y Víctor Díaz, que ya son grandes artesanos.